19 de abril de 2018

Cuchillos que salvan

No insistí más. Me había quedado impactado. Volvía a sentir algo por dentro-y sobre todo como nunca- después de varios años viviendo en la inopia. Salimos del café. Estaba convencido de que ella también había sentido algo y de que estaba tan feliz como yo.
    Nos despedimos de nuevo en otro paso de cebra, esta vez en el que hay hasta su casa y así al menos aprovechar el paseo.  Desde entonces siempre me recordó que no la acompañé ese día, pero que aún así me quería mucho, a pesar de mi frialdad y de ser un puto desastre para todo.(...)

- Bueno, anda, déjalo -dijo acercándose a mí para acariciarme la cara suavemente mientras me daba dos besos de despedida.
  Esa caricia fue lo que acabó de rematarme. Una de esas caricias que aunque toque sólo una parte de tu cuerpo, en realidad sientes que roza algo intangible que habita dentro de ti.

Tardé poco más de un minuto en escribirle y decirle que lo había pasado de maravilla, y le remarqué varias veces la mirada que me había atravesado. Ella reconoció que había sentido lo mismo y me echó en cara que no le hubiera dicho nada sobre su regalo. No sabía a qué coño se refería, pero cuando llegué a casa y vi el paquete sin remite, me di cuenta de que seguro que se trataba de su regalo. Lo abrí impacientemente rompiendo el sobre por todos lados, y de pronto tenía ante mí un libro de Cortázar que recogía los momentos más importantes de su vida, con textos y fotografías. Había un posit que señalaba una página, abrí el libro por ella y me encontré con un cuento. Era el relato sobre el axolotl, una especie de anfibio con algo de pez y con tintes humanos en el que el narrador se quería convertir. Me quedé petrificado.

Esa noche dormí de maravilla aunque me costó conciliar el sueño. No dejaba de pensar en esa mirada que necesitaba volver a ver, en esos ojos que se me habían clavado como dos cuchillos, que habían rajado los míos por completo para abrirlos de verdad y poder ver la vida como nunca. 



Este es un extracto del último libro de Holden Centeno, el primero fue el que traje el otro día después de tanto tiempo. (Casi 6 años!Vértigooo jeje) Pero esta vez cuenta con las preciosas ilustraciones de  Jose Luis Algar (no me pueden gustar más), al que fortuitamente conoce en un bar cuando hacía uno de sus bocetos. Bonita casualidad, ¿verdad? He de admitir que ha sido una auténtica revolución en mi persona, así que lo he tenido que seguir muy de cerca por todo el interés que me ha despertado. Y a pesar de que dicen de él que hace literatura millenial  como si quisieran restarle valor a sus palabras, yo digo lo que contesta él y opinan otros, que no existen fronteras en los libros ni franjas de edad porque no sólo le tiene que motivar a cierta generación. Creo que si te gustan las emociones (reales) este libro podría interesarte.

Según el escritor el 90 % está basado en experiencias vividas y en sus sentimientos (esas palabras que unidas suenan tan frágiles y a veces impronunciables) en sus páginas, porque de no ser así, a lo mejor se sentiría cómodo dando la cara o no teniendo que usar un pseudónimo para poder sentirse más libre escribiendo lo que con sinceridad ¿ muchos se guardarían para ellos mismos por cautela? Parece que en esta sociedad aún no estamos preparados para desnudar nuestras emociones como son de verdad, sin camuflarlos para no sentirnos vulnerables.

La novela la protagoniza un joven madrileño que anda bastante perdido entre su trabajo como chico de los recados en una famosa discográfica y su fijación por escribir un gran libro  por la presión que a él le resulta el supuesto fracaso de sus libros anteriores. Todo esto detona que acabe obsesionándose con ser un pez. Tal cual. Se deja embaucar por su infinita imaginación y su particular forma de echar de menos el agua que no se ve en Madrid hasta el punto de acabar viendo cómo su bañera se transforma en ballena. Entra de esta manera en una especie de locura transitoria en la que este animal lo atrapa cuando se deja llevar por sus deseos de ser pez aunque eso suponga ser devorado por la bañera ballena. Y desde ese día decide ir más allá haciendo del baño su propia habitación en la que poco a poco va llenando con más seres del mundo marino. Comienzan en una pecera y acaban en su propia ballena. Pero aquí no acaban sus ansias de sumergirse junto a la fauna marina, porque se pone como objetivo llegar a bañarse algún día en el estanque del Retiro. Sisi. La locura lo invade de esta manera tan atrevida pero sin abandonar nunca la ternura. Según él, después de todo, su cordura regresó gracias a Carol, una empática compañera de trabajo que lo rescata convirtiéndose en su propia ancla; que lejos de encallarlo, le provoca un efecto no gravitatorio. (Así es cómo se salvan algunas personas, pero sólo algunas y muy raras, o especiales...según se mire ;)).






Rebuscando un poco de música por aquí y por allá en youtube he acabado encontrando esta composición tan acuática que me recuerda a la ilustración de arriba. Si el autor me dejara ;), yo le pondría un enlace como parte de la banda sonora del libro, que eso no lo he dicho todavía, pero vuelve a hablar de muchas canciones y del significado que tienen para él, o para ellos.


P.D. Por si os interesara a alguno, hay una lista en spotify de las canciones que suenan.

6 comentarios:

dEsoRdeN dijo...

Cuando me acabe el libro de Los Planetas que me estoy leyendo ahora (menuda sorpresa, ¿verdad...? XD), buscaré el de la Chica De Los Planetas, a ver qué tal. Mi otro objetivo inmediato es el último de Kiko Amat

cupcake dijo...

Cómo se titula?

ardid dijo...

desorden En serio? Qué sorpresa sí jaja ;) ¿Y lo recomiendas?

Bienvenida cupcake. Se llama Mi silencio habla de tí.

dEsoRdeN dijo...

Sí, claro, me encantan los libros sobre música (y si son sobre Los Planetas, ya no te cuento...). Este es 'De Viaje Por Los Planetas'. También muy recomendables en la órbita planetaria el de Eric Jiménez, y el de 'Una Semana En El Motor De Un Autobús', aunque es muy difícil de encontrar hoy en día

Recomenzar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ardid dijo...

desorden el de Una Semana en el Motor de un Autobús sí que lo conocía pero no he encontrado el momento de leérmelo. Me apetece mucho ahora leer sobre Los Planetas así que cuando me termine los dos que tengo pendientes ahora seguramente caiga ese...Merci!

Gracias recomenzar, a mí me encanta también los pensamientos que nos cuentas!