3 de abril de 2018

Una vez dichas las palabras

He vuelto por aquí y he encontrado de entre los borradores que se quedaron en el olvido (sí, me fui con dudas y con pensamientos que en su día no me atreví a publicar) una de las cosas con más sentimiento que he escrito en mi vida. Suena un poco o un muy alto, pero ese es el recuerdo que tengo. Se lo escribí a él a mano cuando lo dejamos la primera vez y aunque dejé (y quería) que la leyera, nunca me atreví a dársela por este malditobendito orgullo que me ha hecho autosabotearme y salvarme muchas veces a lo largo de mi vida. Dejé esta historia casi recién empezada cuando me fui y ha sido volver y se ha removido todo un poco. Creo que fuera he hecho la catarsis que necesitaba pero se me había olvidado hacerlo en este rincón, así que ahí va:

Quieres expresarte de otra forma más pausada y certera, pero tu ira, producto del estrés de tus últimas semanas, se torna desobediente y rácana en explicaciones. Te deja tirada en el escenario como un ser sacado de sus casillas. Pero qué importantes son las formas. Pero qué bien vuelves y vuelves al mismo error.

Sabes que no te quieres ir de allí, sabes que las horas juntos te saben a poco, pero tú, como buena taurina, eres visceral por siempre de los jamases. Puedes amar los ratos a solas y querer exprimir el último minuto con él, pero si crees que tu orgullo ha sido herido, eres capaz de morir asfixiada antes de reconocerlo.

 Sólos tú y él donde nada más que hay cabida para infinitas notas musicales. Esos momentos te encantan casi tanto como te encanta él. Te gusta la forma con la que a veces te mira mientras toca la guitarra : con la mirada serena, fija, a la vez que concentrada. Llegas a percibir tal entusiasmo cuando se ausenta en su música, que hasta llegas a sentir celos de esa pasión irrefrenable. Tú también quieres ser partícipe de ese clímax íntimo y perfecto que se crea en esa habitación gris, imperfecta, pero tan vuestra, que no la cambiarías por ninguna otra.

Ansías que escuche tu voz rota creyéndote su única y última musa.  Deseas que desee mirarte tan embelesado como cuando tú eres testigo de sus composiciones. Con admiración. Con los oídos bien abiertos. Con empatía. Con tanta...que sólo se puede escribir porque no te atreves a decirlo en voz alta.

Pero qué daría yo porque pudiese ser más veces el motivo de tu inspiración. Qué daría por saber cantar lo que tú esperas oír. Y no enfadarme. Y entendernos. Sobre todo, entendernos.


P.D. Os traigo algo más nuevo hoy para variar un poco ;) Me encanta esta jovencísima artista catalana por la capacidad de transmitir que tiene de una manera tan sencilla. ¿No os lo parece?

3 comentarios:

dEsoRdeN dijo...

Las palabras escritas tienen la virtud de la pausa y la desnudez que te proporciona escribirlas frente algo inerte como una pantalla o una hoja en blanco. Si no te dejas ir ahí, no lo conseguirás en ninguna otra situación. Yo ahora estoy en el proceso de ser igual de transparente cara a cara, y aunque es realmente liberador, a veces puede ser contraproducente (porque la gente no está acostumbrada a un exceso de verdad, aunque sea en positivo, y se asustan...).

PD: Pavvla salía en un culebrón de TV3 y al principio pensé que la habían 'enchufado' en la música por ser famosilla. Pero al escucharla empecé a eliminar mis prejuicios. Justo antes del Primavera del año pasado la conocí personalmente, y me di cuenta de que es insultantemente joven (para bien y para mal), y de que tiene una voz privilegiada y que emociona

Recomenzar dijo...

Que bonito que escribes No se nada de ti Bienvenida siempre a recomenzar

ardid dijo...

desorden Yo también estoy en un proceso de ser más sincera a cara a cara y no es fácil no, creo hay que buscar un equilibrio...Desconocía el pasado de Pavvla como actriz de un culebrón, ¡qué cosas! ¿La has conocido en persona? Qué interesante...yo la escuché en una entrevista y me pareció muy niña como tú dices pero a la vez madura para su edad.

recomenzar Me alegro de que te guste :) ¡Gracias!